Virgen de la Candelaria

Protege a nuestro pueblo

Palabras del "señor cura"

Palabras del "señor cura"

Mis queridos maulinos...

miércoles, 27 de junio de 2007

“El visionario “gringo” Cornish

Si no fuese por la calle Cornish, nadie sabría que existió un señor con este apellido. Tal vez cansado de recorrer los mares del mundo o porque su barco se fue a pique, se quedó en tierra firme, junto a la tranquilidad de la naciente caleta.

Corría el año 1851 cuando se instaló en Curanipe, dándole auge al sector a través de hacer un camino que permitió transportar los productos agrícolas desde el interior de la provincia y alrededores para ser exportados vía el puerto hacia lejanos destinos.

Fue tan grande el éxito de la vía a través de Curanipe, que tomando un auge inesperado, aumentó vertiginosamente el nivel de las condiciones de vida de todo el departamento.

Antes de que este gringo” de origen inglés construyera su camino a Cauquenes, los productos del interior debían buscar salida hacia el puerto de Tomé por el sur o el de Constitución al norte, lugares a los cuales se llegaba en el mejor de los casos luego de cuatro días de penosa marcha.

Dice un informe de la época, que el flete encarecía el valor de los productos, por lo que éstos eran despachados sólo cuando alcanzaban un precio realmente remunerativo y que justificara el esfuerzo.

Antes de 1850, la fanega de trigo (55 ½ litros) se cotizaba entre diez a catorce reales; con posterioridad a este año y como consecuencia de la construcción del camino, subió de tres pesos a tres pesos y cincuenta la misma cantidad. Se había iniciado entonces el éxodo mundial hacia California y con ello la creación de un gran mercado de consumo en lo llamado “La Fiebre del Oro”.

Pero además de la floreciente prosperidad comercial, la carretera de Cornish permitió desterrar la mula como medio de acarreo hasta el puerto. Los fundos y propiedades agrícolas comenzaron a ser cerrados y los buscadores de oro fueron perseguidos por los hacendados que deseaban, merced a las perspectivas, explotar la tierra, convirtiéndose por ende en cultivadores de los suelos que iban desmontando.

Aumentada la producción, ésta produjo un gran movimiento comercial, ganando la zona una gran actividad. Tierras que valían $ 10 la cuadra, aumentaron asombrosamente su valor hasta los 4 300 a $ 400, según su calidad y ubicación.

Sin duda alguna que el aporte de Antonio Cornish a Curanipe, como gestor del importante puerto que llegó a ser, es imposible de soslayar y fue tremendamente valioso, por eso es una obligación recordar en nuestros días a uno de los magnos forjadores de nuestro pueblo.

Sin embargo la eternización de su apellido en el nombre de la calle, es el merecido homenaje de los curanipeños del ayer, más que los de hoy, los que difícilmente conozcan su historia.

Ojalá entendamos con este escrito, que para querer primeramente se debe conocer”

Alejandro Medel Vega
(1996)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Sr. Antonio Cornish fue dueño de varios negocios entre ellos el mas importante fue el molino, compro varias leguas de tierras y para sacar sus productos contribuyo en mejorar los caminos para que los agricultores y negociantes sacaran sus productos en las embarcaciones que llegaban al puerto de curanipe y no las llevaran por al de itata.
Me impresiona la cantidad de embarcaciones que llegaban a curanipe, no eran 10 o 20 sino cientos durante el año.
Me encanta conocer esos detalles de curanipe, la información que doy es de un documento de la marina que es enviado al gobierno de las actividades del puerto curanipe.

.

.