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miércoles, 30 de mayo de 2007

La Posta de Primeros Auxilios y algunos médicos

Posta Antigua
LA POSTA DE PRIMEROS AUXILIOS

¿Desde cuándo existe en el pueblo la posta de primeros auxilios? Nadie lo recuerda; pero sí que recuerdan que, para la peste de viruela de 1922 y la que fue su último azote en Chile, el doctor Armando Reus y el practicante jubilado del Regimiento Chorrillos don Rafael Escudero Olavaria, quien también tenía una farmacia en el pueblo, eran los que atendían los enfermos. Es de suponer que luego que se creó el Seguro Obrero, hayan formado una posta para atender a todos los asegurados que trabajaban en los astilleros y a los muchos asegurados por cuenta propia que los había hasta en los campos.

En 1941, ciertamente que ya había una posta la que yo mismo conocí. Era del Seguro Obrero y la atendía don Guillermo Suarez Muñoz, hijo de don José y de doña Matilda, casado con la señora Margarita Moreno. Tenían una sola hija, hoy la señora Alicia Suárez de Landeros, quien vive en calle Bulnes 39 de Quillota. Don Guillermo fue un hombre muy ateto y bondadoso; el dinero no le importaba, como que le alegraba mucho el sanar a los enfermos, todavía se le echa de menos. Estuvo en Curanipe hasta 1943 y se trasladó al pueblo de Pinto en donde permaneció hasta su jubilación y en jubilando se radicó en Quillota, el pueblo de sus padres.

En 1944 llegó la señorita practicante Olga Martínez Bilbao y se hizo cargo de la posta de Seguro Obrero. Contrajo matrimonio con el oficial civil de la localidad, don Felipe Retamal Garrido y atendió la Posta hasta 1957, año en que se trasladaron al pueblo de Pocillas. En 1965 enviudó y volvió a Curanipe en 1966. En ese mismo año falleció su señora madre doña Petronila del Carmen Bilbao Vázquez. La señora Olga ya jubilada quiso entonces poner una residencial, la que al estar a trasmano no dio resultados. Compró entonces la residencial Ampuero en Pelluhue, radicándose allí.

Esta señora era notable por sus diagnósticos y muy acertada para obtener la rápida recuperación de los enfermos, sin dudas que si hubiese estudiado medicina no habría sido sólo un médico más, habría sido sin duda una eminencia medica.
A la señora Olga Martínez Bilbao, le siguió en la Posta la señorita Clorinda, señorita que atendió por un corto período.

En 1960 llegó la señorita Elba Orellana, quien tomó la atención. Pronto le compró a la señora veraneante doña Elisa Oviedo viuda de Verdugo su casa habitación de dos pisos y allí funcionó la Posta por algunos años y hoy es la Residencial Embrujo del Mar. La señora Elba ya había contraído matrimonio con el suboficial de Carabineros retirado don Hernán Peralta Varas.

Parece ser que en esta época dejó de ser Posta del Seguro Obrero, pasando al Servicio Nacional de Salud.

EDIFICIO PROPIO

El edificio propio de la posta fue edificado por 17 jóvenes universitarios de Santiago, los que vinieron en el primer año de la administración del presidente Frei, trabajando desde el 21 de enero hasta el 16 de febrero de 1966, fecha de la bendición del edificio. Allí trabajaron:

Jaime Jurgens y Claudio Aránguiz, alumnos de Ingeniería; Sergio González, Hernán Bravo, Hernán Paniagua, Blanca Mardones, Ester Saul, Marcela Fischer, de Odontología; Lilian Meckes, Elíana Núñez, Ebe Bellange, de la Escuela de Bellas Artes; Patricia Fischer, de Pedagogía en Filosofía; Héctor Reyes, de la Escuela de Leyes; Hildo Espinoza de Bioquímica y Luis Aranda y Patricio Valdés, estudiantes secundarios.

La fiesta de los tijerales fue el 8 de febrero de 1966 e invitaron a sus compañeros que trabajaban en el pueblo de Pelluhue construyendo la posta de allí.

La bendición solemne fue el 16 de febrero en la noche, a la que siguió un acto literario-musical, al estilo popular de los actos de la Plaza de la Constitución y sin preparación alguna, a excepción de las invitaciones escritas que se hicieron a todas las familias del pueblo y a los veraneantes.

Este grupo de muchachos tuvo mucha resistencia en un primer momento, pensándose que vendrían a hacer propaganda política, pero ellos no expresaron nunca una sola idea política en favor de un partido.

El párroco Samuel Jofré trabajó casi a diario con ellos, cortando a cada listón de madera 2 pulgadas que equivocadamente traían de más. Los jóvenes carpinteros del pueblo les ayudaron durante unos tres días, costeándoles la gente del Pueblo a estos jóvenes voluntarios estudiantes los alimentos que necesitaban.

Se suponía que regresarían de vuelta a Santiago en un tren que los llevaría gratis a ellos y a toda la juventud universitaria que había hecho trabajos voluntarios de verano en el sur de Chile; pero el pueblo los retuvo por cuatro días más para que descansaran y recorrieran nuestros lugares; se les buscó una persona que les cocinara y se les pagó el pasaje de regreso hasta Santiago.

Don Luis Aurelio Vásquez cobró 50 escudos por el arriendo de su casa para que los jóvenes pernoctaran. El Comité de Adelanto Local que presidía el cura se llevó gran parte de los gastos generados por estos conceptos.

En enero de 1967 se instaló el agua potable en el edificio y la primera practicante que vivió allí fue la señora Elba Orellana de Peralta.

ALGUNOS MÉDICOS QUE NOS ATENDIERON

En 1922, en tiempos de la epidemia de viruela, el doctor Luis Armando Reus.

En 1941, el doctor Benjamín Pedreros Zúñiga, casado con la señora Esperanza Hurtado, vivían en Chanco. Curiosamente el vecindario de allí le consideraba de escasos conocimientos, no era profeta en su tierra; pero es de destacar que era notable para el diagnóstico y terminante para asegurarlo, dando un sin número de razones. El doctor Pedreros era un muy buen médico y en su tiempo aparecieron las sulfas.

En 19xx, el doctor Teobaldo García, de quien los chanquinos dijeron que no era médico sino sólo un practicante, durando muy poco.

Después del doctor García llegó un médico que hacía bañar a todo el mundo antes de examinarlos y a las damas les exigía tan poca ropa que ellas preferían no examinarse. No duró nada, porque no quería estar en un pueblo pequeño como Chanco.

En 1950. El doctor Rubén Turteltaub. Mientras estuvo nombrado para atender a Curanipe nunca dejó de venir desde el lejano Chanco, viajando a veces a caballo por el antiguo camino de Las Lomas. De muy buen corazón para con los pobres y muy acertado en conocer las enfermedades y en tratar a los enfermos. Era un médico de origen judío.

19xx. El doctor Barbano, médico de origen también judío, cirujano, joven, buen médico Debe haber permanecido unos dos años en el Hospital de Chanco.

En 1963. Continuó por un tiempo el doctor Ricardo Valdés, quien era jefe del Hospital de Cauquenes, pero a Curanipe no vino nunca aunque estaba encargado de hacerlo semanalmente. Al escribírsele pidiéndole que viniera, contestó que “al venir perdía mucho tiempo, ya que en el tiempo que duraba el viaje, él podía examinar a muchos enfermos”. Es de hacer notar que en esa época por primera vez atacó en forma muy virulenta la gripe de Hong-Kong y, en un mes, murieron tantos como en un año completo. Habían llegado a Cauquenes vacunas para prevenir este mal y se perdieron muchas porque nadie vino a vacunar. El doctor Valdés es considerado una eminencia médica por la mayoría de la gente.

1970. Doctores Mario Darrigrandi Urrutia y su esposa la doctora Blanca Castro Jiménez. Permanecieron en Chaco dos años. Fueron mal mirados por la Unidad Popular de la época, ya sea por un sindicato formado dentro del Hospital, como también por el gobernador de Chanco, a quien le incomodó que el doctor le hubiese permitido al personal del Hospital asistir por unos momentos a las Festividades de la Virgen de la Candelaria, Patrona de Chanco.

Eran muy buenos médicos, quienes dijeron querer abandonar Chanco debido a querer acercarse a mejores plazas.

1973. Doctor Juan López Opazo, quien estuvo hasta el 15 de junio de 1975, yéndose a hacer un curso a Santiago por tres años.

1 comentario:

Unknown dijo...

Al regresar a Santiago, los que nos contactamos, comentamos el muy buen recuerdo que tubimos de Curanipe. La gente del pueblo y algunas familias que tenian casa de veraneo fueron muy amables con nosotros.Recuerdo especialmente al matrimonio dueño del Hotel que estaba al lado de la Posta y que nos invitaba a dos o tres a comer cada noche. Años atras le mostré la posta a mis hijos.
Un saludo para Curanipe de Jaime Jurgens.

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